sábado, 19 de abril de 2014

Capítulo 10: En otra oportunidad

EXT./CALLE/DÍA



Violeta se encuentra en la calle diciendo incoherencias, desquiciada, ha perdido la razón, tras verse expulsada de la mansión y al cruzar de una banqueta a otra, no se da cuenta de la presencia de un carro y al pasar éste la atropella levemente cayendo en el suelo inconsciente, el joven que hizo tal acto baja de inmediato y dice.

Hombre: ¡Perdón, de verdad discúlpame!

Tras decir eso, Violeta sigue en el suelo inconsciente, como si hubiera muerto.

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INT./MANSIÓN SAN ROMÁN/DÍA



Después que Martha empujo a Sabrina y ésta por ese cruel acto hizo caer a la bebé, la niña empieza a llorar desgarradamente, por lo que esta última se acerca a ella.

Sabrina: (Preocupada) ¡Tenemos que llevar a esta niña inmediatamente a un hospital!

Martha: (Furiosa) ¡Estúpida, pero esto te va a costar. ¿Me entiendes?! ¡Te va a costar!

Sabrina: ¡No es momento para reclamos, la bebé está muy mal!

Martha se acerca a revisarla y le responde.

Martha: (De mala gana) Está bien, hay que llevarla pronto a un hospital, le diré al chofer, que nos mande allá.

Sabrina: Si.

Martha tiene un gesto de amargura, mientras que Sabrina continuaba preocupada por la niña.



Mientras tanto, Mateo en su cuarto se encontraba destrozando todo lo que le recordaba a Violeta, empezó a golpear violentamente hacia las paredes al grado de sangrar sus nudillos, mientras repetía constantemente “¡¿Por qué Violeta?! ¡¿Por qué?!” Después patea la cama por segundos, al término de ese acto, en un buró encuentra una foto de el con su esposa y la tira al suelo hasta dejarla romper.

Mateo: (Furioso) ¡Maldita infeliz, muérete!

Mateo estaba completamente enojado, y Sabrina entra a su recamara, todavía preocupada por la niña.



Sabrina: ¡Mateo, tienes que venir con nosotras, la niña se cayó y está muy mal!

Mateo por su parte hace una breve pausa sin voltear a ver a Sabrina y le dice.

Mateo: Esa niña no es mi hija.

Sabrina: (Impactada) ¿Qué? ¿Cómo que no es tu hija? Claro que lo es.

Mateo se voltea a verla violentamente y le dice.

Mateo: (Furioso) ¡Es hija de la maldita arribista de Violeta, ya ni estoy seguro que sea hija mía!

Sabrina está completamente consternada de escuchar esas palabras y se le acerca, por lo cual toca su rostro y suavemente le dice.

Sabrina: Sea Violeta inocente o no, esa pobre niña no tiene la culpa de nada, ten reconsideración, amor para esa pobre criatura que aparte de ser tan inocente y frágil, es tu hija.

Mateo: (Necio) ¡No! ¡No! ¡Esa niña no me importa!

Sabrina esta desilusionada porque esas palabras provienen de su hermano, tras decir eso es como si la hubieran derrumbado y le destrozaran esa buena imagen que tenia de él, entonces se dirige a la puerta no sin antes decirle lo siguiente.

Sabrina: Espero que con esta actitud y estas palabras Mateo, no te arrepientas algún día y que la vida no te cobre tal acto.

Mateo solo la mira fijamente cuando ella le vuele a decir.

Sabrina: No te conviertas en un clon de esa mujer que tienes como madre.

Ella sale decepcionada de la habitación, dejando a Mateo consternado y molesto por lo cual se acuesta en la cama cansado derramando lágrimas discretas por todo lo que ha pasado en ese día.



Martha se encuentra en la sala hablando por teléfono con Alfredo a quien ya le conto de que se llevarán al hospital a la bebé, él se encuentra impresionado por lo sucedido.

Martha: Haber Alfredo ¡Cálmate!

Alfredo: (Consternado) ¿Cómo me pides que me calme cuando mi nieta ha sufrido un golpe que se ve severo? ¡¿Cómo?!

Martha: (Cínica) Jaja. ¿Tú nieta?

Alfredo no sabe que decir ante eso y le responde.

Alfredo: Esa bebé tiene que ir cuanto antes al hospital.

Martha: Claro que la llevaremos, no te preocupes, anota la dirección y ahí te explico todo lo que quieras saber.

Martha se queda con una sonrisa macabra aun teniendo la bocina del teléfono en la mano.

EXT./MANSIÓN SAN ROMÁN/DÍA

(Suena el soundtrack “Oscuridad de Martha”)






Se ve una tarde lluviosa y Violeta llega a la Mansión San Román, todo se ve borroso, hasta que abre Martha poniendo de color rojo al panorama.



Martha: ¡Nunca volverás a ver a tu hija malnacida!

Violeta: (Destrozada) ¡No señora, usted no puede hacerme esto, tenga piedad de mí!



De repente atrás de ella aparece Mateo quien la mira a los ojos y le dice en voz alta.

Mateo: (Furioso) ¡Te odio Violeta, ojala te mueras, porque no eres más que un estorbo en nuestras malditas vidas!

Violeta: (Desesperada) ¡No Mateo, no me juzgues mi amor, no puedes cambiar radicalmente conmigo!

Martha tiene a la niña en brazos y se mete a la casa.

Martha: ¡Nunca la volverás a ver, de eso me encargare!

Se introduce en la casa y Mateo empuja a Violeta a un charco de lodo, luego el entra al lugar dejándola humillada y llorando, pero la verdad es que esto era un sueño de ella.

(Se acaba el soundtrack)

Violeta aparece en un cuarto, gimiendo, hablando incoherencias ante tal sueño hasta que despierta y grita agitada, todo lo ve borroso, hasta que se percata que está en una recamara muy bonita, bien arreglada y moderna, entonces se pregunta.

Violeta: (Confundida) ¿Dónde estoy?

En eso a la recamara va pasando un hombre, es joven y ella al verlo le dice.

Violeta: ¿Quién es usted?

Se enfocan de pies a cabeza en ese hombre y le dice con una sonrisa en su rostro.



Mario: Por lo que veo ya despertaste, jeje, mucho gusto mi nombre es Mario Arismendi.

Le da la mano a Violeta, pero ella siente temor y desconfianza de él, por lo cual no se la da, Mario acepta eso y dice.

Mario: Entiendo que me tengas desconfianza en este momento, pero traerte aquí a mi casa, es lo menos que podía hacer por ti después del gran golpe que te di con mi automóvil.

Violeta se extraña ante eso, trata de recordar lo sucedido y dice.

Violeta: No lo recuerdo.

Mario: (Extrañado) ¿No lo recuerdas?

Violeta hace una breve pausa ante tal pregunta mientras mira hacia los lados y le dice.

Violeta: Recuerdo algo de lo que pase, pero hay cosas que no me quedan muy claras. No sé muy bien que sea.

Mario trata de comprender la situación y responde:

Mario: Lo mejor es que te deje descansar, quizá con un poco de reposo, logres recordar algo.

Él está a punto de retirarse cuando Violeta le pregunta.

Violeta: ¿Tú ya me conocías de antes?

Mario le sonríe y le dice.

Mario: No tienes nada que temer, te lo juro, ya habrá tiempo para platicar.

Se retira y Violeta continúa confundida pero accede en tomar reposo, por lo que coloca su cabeza en la almohada, aun que empieza a sentirse incomodada ya que no puede recordar todo.

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INT./HOSPITAL/DÍA



Martha se encuentra en el hospital con un gesto de enojo, mientras que Sabrina está esperando en otra silla, cuando de repente llega un Alfredo desesperado quien las encuentra.

Alfredo: ¡Martha, Sabrina. ¿Qué paso?!

Martha voltea a ver con desprecio a Sabrina y ella le corresponde con esa mirada de disgusto, entonces se encarga de responderle a su hermano.

Martha: La niña se cayó accidentalmente.

Alfredo: (Alterado) Pero. ¿Cómo?

Martha: ¿Yo que se Alfredo? El chiste es que perdió el equilibrio, gateo, no sé, pero se cayó.

Alfredo: ¿Y cómo está?

Sabrina: No lo sabemos señor, todavía no nos han dicho pero la encontré llorando desgarradamente y me preocupo demasiado.

Alfredo: (Consternado) Dios mío. ¿Y Mateo? ¿Dónde está?

Ante esa pregunta Sabrina se calla y ve a Martha con desprecio, se levanta y le dice.

Martha: Ya lo sé todo Alfredo, sé que Violeta es tu hija y de la arribista de Soledad Miranda.

Alfredo se impresiona ante ello y le dice.

Alfredo: (Sorprendido) ¿Qué? ¿Cómo lo sabes?

Martha: Escuche cuando hablabas con el detective que contrataste de ella, así que ya está más que confirmado todo esto, entonces le conté toda la verdad a Mateo, que Violeta no es más que una arribista hija de una vulgar delincuente asesina.

Alfredo: No, Violeta no es ninguna arribista.

Martha: Jajaja, pues así resulto, ahora Mateo la desprecia y con toda la razón del mundo.

Alfredo: (Sorprendido) ¿Cómo pudiste ser capaz Martha? Desprestigiaste a mi hija frente a Mateo. ¡A tu sobrina!

Martha: ¡Tu hija es una delincuente como su madre!

Él la jala de los brazos.

Alfredo: (Furioso) ¡¿Cómo pudiste ser capaz?! ¡¿Cómo si eres mi hermana y ella tu sobrina?! ¡Sangre de tu sangre! ¡Seguro Mateo hasta desprecia a la niña ¿Verdad?! ¡¿Verdad?!

Martha se suelta y le dice.

Martha: ¡Alfredo me estabas lastimando, no es mi culpa que Violeta no sea más que una maldita infeliz en nuestras vidas!

Alfredo: ¡¿Dónde está Violeta?! ¡¿Dónde?!

Ante tales gritos llega una enfermera quien les reclama.

Enfermera: Silencio, esto es un hospital y ante tales gritos, discutan allá afuera o no regresen, por favor.

Ella se retira y Alfredo dice.

Alfredo: Perdone.

En eso se le acerca a Martha y le reprocha en voz baja.

Alfredo: (Molesto) Tenemos una conversación pendiente, no lo olvides.

Martha resignada solo se sienta pero sin quitar ese gesto de amargura, cuando de repente llega el doctor, Sabrina se le acerca y dice.

Sabrina: ¿Cómo está la niña doctor?

Doctor: ¿Es usted familiar de la bebé?

Martha interviene y dice.

Martha: Yo soy su abuela. ¿Cómo se encuentra?

Doctor: Tras la caída, a la niña se le averió un poco la columna…

Alfredo estaba devastado hasta que pregunta.

Alfredo: (Mortificado) ¿No volverá a caminar doctor?

Doctor: La niña podrá volver a caminar siguiendo un tratamiento y cuando llegue a una edad específica se le hará una operación de columna, afortunadamente el impacto no llego a un grado más fuerte.

Eso lo deja preocupado y solo le termina agradeciendo.

Alfredo: Gracias doctor.

Doctor: Por nada, compermiso.

El doctor se retira y Alfredo le dice a Martha.

Alfredo: Todo esto no hubiera pasado si tú no hubieras hecho nada de esto.

Martha: (Cínica) Ah ¿Entonces fue mi culpa el accidente?

Sabrina solo rueda los ojos ante ese cinismo de Martha, mientras que ésta aguanta la mirada retadora de Alfredo.

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INT./CASA DE MARIO/DÍA



La convivencia entre Violeta y Mario, hace que florezca la confianza poco a poco, él le da de comer en la boca como si fuera una niña, y ella acepta aunque todavía tiene inseguridad con su presencia. Tratan de hablar y ella está muy cohibida, aunque él es más desenvuelto.

Tres Días Después…

Mario se encontraba desayunando en el jardín de su casa y ve de repente bajar a Violeta con una ropa que él le dio.

Mario: (Emocionado) ¡Vaya, hasta que decidiste bajar! Eso quiere decir que ya me tienes un poco más de confianza.

Violeta toma asiento y le dice.

Violeta: Si en efecto, has sido muy buena persona conmigo, a pesar de que no me conoces.

Mario prueba un bocado de lo que come y le responde:

Mario: Pues pareciera que ya te conozco de toda la vida.

Eso deja apenada un poco a Violeta, entonces el le pregunta:

Mario: ¿No quieres algo de desayunar?

Violeta: No sé, yo creo que ya has hecho mucho por mí, mejor no, y busco trabajo.

Mario: Tampoco pienso dejar que te mueras de hambre, ahorita te pido de desayunar.

Violeta: Bueno, creo que tienes razón, jeje gracias.

Mario sonríe prueba un bocado y cuando lo pasa le dice.

Mario: ¿Ya recuerdas más cosas?

Violeta: (Haciendo memoria) No recuerdo mis apellidos, otras situaciones que se me vienen a la mente son que yo tenía un matrimonio feliz con un chavo llamado Mateo y que su familia me quería mucho, pero me corrieron de esa casa, aunque no me acuerdo, el “¿Por qué?” Solo sé que salí de ahí porque ya no me querían.

Mario: Mmm ya.

Ah Violeta se le ilumina su mirada y se pone cabizbaja ante él, éste lo nota y le pregunta.

Mario: ¿Qué tienes?

Violeta: (Hace una breve pausa) También recuerdo que tengo una hija.

Eso deja impresionado a Mario.

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EXT./MANSIÓN SAN ROMÁN/DÍA



A las afueras de la mansión se encuentran Soledad, Clemencia, Mariana y Andrea platicando y con plan de visitar a Violeta.

Soledad: (Dudosa) ¿Crees que haya sido buena idea venir a visitar a Violeta sin preguntar?

Clemencia: Mira, mi hija no me ha llamado en tres días. ¿Qué se cree? Soy su madre y ahora le daré la sorpresa, tanto a ella como a mi nieta.

Mariana: Le va a gustar mucho. (Echándole una Pedrada Moral a Andrea) ¿Verdad Andreita?

Andrea: (Indiferente) Aja, si claro.

Ven que la reja está abierta al igual que la puerta cosa que les llama la atención.

Mariana: Pues todo está abierto.

Andrea: Perfecto, pasemos.

Clemencia: Andrea, compostura, preguntemos primero si esta.

Andrea: (Arrogante) Hay por favor mamá.

Andrea es arrogante con su madre y se pasa sin permiso, introduciéndose a la casa.

Clemencia: ¡Andrea, ven para acá!

Mariana: (Desilusionada) Va a arruinar la sorpresa y no se trataba de eso.

Clemencia: Pues no, pero ya ves cómo es tu hermana, mejor pasemos, al fin y al cabo ya fue a echar a perder la sorpresa.

Mariana: No les digo…

En eso Sabrina pasa muy triste por los rincones vistos en la entrada, Mariana la nota y le dice.



Mariana: ¡Hola!

Sabrina voltea y se pone nerviosa al verlas a las tres.

Sabrina: Buenos días.

Soledad: Hola Sabrina, venimos a visitar a Violeta y a la bebé.

Sabrina se queda sin habla, no sabe que decir, en eso Clemencia percibe la actitud y le pregunta.

Clemencia: (Extrañada) Sabrina ¿Qué sucede?

Mariana: ¿Pasa algo malo?

Sabrina no sabe cómo comenzar a explicarles todo lo que ha sucedido en la mansión, suelta un suspiro y le responde.

Sabrina: El señor Alfredo y yo estamos muy tristes.

Soledad: ¿Por qué?

Sabrina: La señora Violeta lleva tres días sin estar en esta casa.

Clemencia: (Impresionada) ¿Qué? ¿Cómo?

Sabrina: La señora Martha descubrió que ella es hija suya Doña Soledad.

Eso deja impresionada a las tres, Mariana sin asimilarlo le pregunta.

Mariana: ¿Qué? ¿Tía tu eres la madre de Violeta?

Soledad accede con la cabeza a punto de llorar, Mariana está casi en shock, hasta que le pregunta a su madre:

Mariana: ¿Tú fuiste su cómplice mamá?

Clemencia: (Segura de sí misma) Si hija, así es.

Mariana no sabe que decir, y Soledad le pregunta a Sabrina:

Soledad: ¿No saben a donde fue Violeta? ¿Qué opina Mateo al respecto?

Sabrina: (Temblorosa) La señora Martha se enteró a través del señor Alfredo quien hablaba con un detective que usted era la madre de Violeta.

Soledad: (Resignada) No puede ser.

Sabrina: Ella le tiene mucho odio a usted por matar a su marido… (Interrumpe Mariana)

Mariana: ¡¿Qué?! ¿Cómo está eso?

Clemencia empieza a sentirse mal y le dice.

Clemencia: Mariana, aguarda, por favor, te explicaremos todo con calma.

Soledad: ¡¿Qué más Sabrina?!

Sabrina: La señora Martha corrió a Violeta, la tacho de arribista, de inmoral, incapaz de criar a su hija y por si fuera poco manipulo a Mateo en su contra.

Clemencia: (Agarrándose el pecho) Dios mío.

Soledad: (Derramando lágrimas discretas) ¡Todo esto es mi culpa!

Clemencia la agarra de la mano y Mariana pregunta.

Mariana: ¿Y la niña? ¿Dónde está? ¿Se la llevó Violeta?

Sabrina empieza a derramar lágrimas discretas, sin saber que más hacer y Clemencia dice desgarrada.

Clemencia: ¿Qué pasa Sabrina? ¡¿Qué pasa?!

Sabrina: (Hace una breve pausa) La niña tuvo un accidente al caerse y se lastimo su columna, por lo que tiene que seguir un tratamiento y la operaran cuando tenga la edad necesaria, o sino no caminara jamás. La señora Martha echo a Violeta a su suerte sin la niña.

Ah Mariana se le llenan sus ojos de lágrimas al igual que a Soledad, mientras que Clemencia se desvanece entre ambas, a punto de caer desmayada sino fuera por la segunda que le sujetaba la mano, queda cruelmente inconsciente frente a esa situación. Mariana da un grito desgarrador.

Mariana: ¡Mamaaaaá!

Sabrina se acerca rápido ante Clemencia y tanto ella como Mariana y Soledad la contemplan en el suelo.

INT./CASA DE MARIO/DÍA



Mario termina de desayunar, Violeta precisamente lo está haciendo, cuando de repente la mira de determinada manera con una forma muy tierna de hacerlo, ella se da cuenta y le pregunta.

Violeta: ¿Qué sucede?

Mario: (Hace una breve pausa) En unos momentos te lo digo, hemos platicado poco hasta en eso, por lo que me gustaría saber si ¿Ya recordaste aquel día?

Violeta: ¿Aquel día?

Mario: Así es, ese día cuando accidentalmente te atropelle. ¿Qué paso para que perdieras la memoria? ¿Qué tan fuerte fue para que tuvieras ese shock?

Violeta trata de acordarse y le dice.

Violeta: Lo que yo recuerdo es que mi esposo, Mateo, me decía que me odiaba, eso se me quedo muy marcado, y de repente recuerdo los llantos de una bebé y que yo discutía con esa mujer, Martha, que al parecer era mi suegra… y… ya no recuerdo. ¿Qué más paso? No lo recuerdo y no sé por qué.

Mario: (Extrañado) Tengo amigos psicólogos, aparte de que también intente estudiar esa rama, me decían que un shock de alta magnitud podría provocar grandes alteraciones en la mente humana, yo creo que en tu caso, quisiste olvidar las partes que más te afectaron.

Violeta: (Desesperada) No sé, la verdad no sé, pero si fuera así. ¿Por qué recuerdo esa palabra tan marcada de Mateo hacia mí?

Mario: ¿De qué te odiaba?

Violeta: (Desilusionada) Así es.

Mario: (Hace una breve pausa) La mente humana es un misterio Violeta, a lo mejor quisiste guardar ese recuerdo por que no fue tan fuerte como otra noticia que te haya impactado, otro hecho que se considerara más poderoso.

Violeta se queda pensativa un momento y pregunta.

Violeta: ¿Cómo cuál?

Mario: No lo sé, eso lo irás recordando poco a poco.

Ella se queda intrigada y el resignado sin poder responderle.

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INT./ MANSIÓN SAN ROMÁN/DÍA



Andrea se encuentra dentro de la mansión sin estar enterada de nada de lo que pasa en la entrada, va curioseando y ve cosas que le interesan, incluso una foto de Mateo con la que suspira, la deja en su lugar y continua inspeccionando hasta que llega a las afueras de una habitación con la puerta entre abierta y observa que ahí se encuentra Martha leyendo un libro.



Martha estaba con su lectura y de repente cierra el libro y se mira al espejo, extrañada hay una figura que no reconoce…

(Suena el tema “Oscuridad de Martha”)




Se distorsiona la imagen del espejo, y recuerda la saña con la que deseaba que Soledad estuviera en la cárcel..

Martha: (Recuerdo) Sobre esa mujer que caiga encima de ella toda mi ira.

Al siguiente momento le habla al espejo molesta:

Martha: ¡Soledad Miranda se merecía eso y más, la cárcel debió haber sido su castigo eterno!

Andrea extrañada se pregunta:

Andrea: ¿Soledad Miranda? ¿Ese no es el nombre de mi tía?

Sigue atenta escuchando, cuando de pronto Martha recuerda cuando asesino a Carmina a través de aquella ventana de su misma recamara, del como la empujo y cayó violentamente hacia al patio muriendo de una macabra manera con los ojos abiertos y vidrios rotos en su cuerpo. Una muy exaltada Martha reprocha:

Martha: ¡Carmina, esa maldita se merecía todo lo malo del mundo! (Con sonrisa de locura) Jajaja, esa mujer maldita… ¡Se está quemando en las llamas del infierno! ¡Esa mujer me quiere inculcar a una hija que yo no quiero, la tal Sabrina! ¡Esa es una indigna de mi apellido!

Andrea se sorprende de todo lo que decía.

Andrea: (Pensamiento y Mortificada) ¿Sabrina es su hija? ¿Quién es Carmina? ¿Qué es todo esto?

Después recuerda como hecho a Violeta de su casa quitándole a la niña, y luego como empuja a Sabrina haciendo caer a la niña.

Martha: (Enloquecida) ¡No, esa mujer, Violeta no era digna de criar a mi nieta, tenía que largarse de aquí, por eso la corrí! ¡Yo no hice que mi nieta tuviera ese mal de columna, todo fue por culpa de la infeliz de Sabrina!

Finalmente recuerda la manera en cómo le confiesa la verdad a Mateo de que Violeta es hija de Soledad Miranda destrozándolo, y como Alfredo le reprocho por ello.

Martha: (Enloquecida) Algún día, todos me lo van a agradecer, incluyendo tu Alfredito, hermanito, a mí no me conviene que nadie sepa que yo no soy tu hermana.

Andrea está completamente sorprendida por todo lo que escucha, mientras que Martha esta ahogada en su profunda locura.

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INT./CASA DE MARIO/DÍA



En la casa de Mario, Violeta y él continuaban conversando, hasta que ella le pregunta lo siguiente:

Violeta: ¿Qué es lo que me querías decir? del porque te me quedaste viendo.

Mario hace una breve pausa sonriéndole y le responde:

Mario: Violeta, no te vayas a enojar conmigo, ni creas que me voy a propasar, solamente te voy a decir una verdad.

Violeta: (Extrañada) ¿Qué?

Mario: Eres muy hermosa.

Violeta se apena ante eso que dice y responde tímidamente.

Violeta: (Confundida) Gracias.

Mario: No te apenes, es la verdad, aparte me imagino que en esa condición ¿Quieres trabajo?

Violeta: (Extrañada y temerosa) ¿Qué clase de trabajo?

Mario: Jeje, no tengas miedo, te digo que no hemos hablado mucho.

Violeta lo mira extraña y el sonriente le platica.

Mario: Así como me vez de joven, pues soy director de una agencia de modelos, y necesito gente nueva, una joven que tenga gran belleza y pareciera que tú me caíste del cielo… (Interrumpe Violeta)

Violeta: ¿Me estas proponiendo que yo sea una nueva modelo?

Mario: Así es, tu eres la ideal.

Violeta esta dudosa y se emociona a la vez.

Violeta: (Sonriente) ¿Yo una modelo?

Mario: Y me encargaré de que seas muy exitosa, te lo juro, aparte de que te ayudare en lo que sea, que te sientas cómoda en esta casa y aparte entre los dos buscaremos a tu marido, a tu hijita y a todo lo relacionado con tu pasado.

Violeta le sonríe con ojos que planean llorar y se para a abrazarlo.

Violeta: Gracias Mario, de verdad gracias.

Mario: No, no tienes nada que agradecer.

Ella lo abraza de tal manera que a él le agrada mucho.

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INT./ MANSIÓN SAN ROMÁN/DÍA

(Suena el soundtrack “Oscuridad de Martha”)






Andrea muy impresionada fuera de la recamara de Martha tiene la boca tapada con sus manos y piensa.

Andrea: (Pensamiento) Esta vieja está loca, completamente loca.

De pronto e inesperadamente Mariana logra encontrarla desesperada, y le dice.



Mariana: ¡Andrea!

Andrea se impresiona que Mariana le haya dicho así de esa manera con ese tono de voz ante la recamara de Martha donde ha escuchado una confesión sumamente pesada, cuando de pronto ella sale de ese lapsus de locura volviendo en sí.

Mariana le menciona exaltada a Andrea.

Mariana: ¡Mi mamá está muy mal! ¡¿Qué haces ahí?!

Andrea se sorprende por ello, no dice nada y se va corriendo con Mariana. De repente sale Martha enojada y pensativa.

Martha: Esa muchacha pudo haberme escuchado. ¿Qué tanto dije? ¿Qué tanto sabrá?

Se queda muy impresionada ante lo que puede pasar con Andrea y con ella misma.

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INT./CASA DE MARIO/DÍA



Mario continúa platicándole a Violeta de los planes que tiene para ella.

Mario: Vamos a ir a los alrededores de por dónde te atropelle para ver si encontramos la que era tu casa, o sino contrato a un detective privado para ver si nos puede ayudar a dar con tu pasado.

Violeta está muy emocionada por esas palabras y le responde.

Violeta: No sé cómo pagarte, créeme, estoy muy agradecida por todo esto que haces por mí, eres un gran hombre.

Mario: No me agradezcas nada, me siento bien de hacerlo.

Violeta: Aunque no tenga muy claro mi pasado, recuerdo circunstancias, hechos de alrededor, y no creo que cualquiera haga lo que tú haces en este momento.

Mario: Yo creo que hay que marcar la diferencia, ser alguien mejor en lugar de peor y ayudarte a ti me enorgullece como persona.

Violeta lo mira asombrada por esas palabras y él también le corresponde, sus miradas se cruzan de tal manera como si fuera mágico el instante, hasta que él lo rompe mencionándole:

Mario: Bueno, me dices que no tienes muy claros tus apellidos, así que no estaría mal que tuvieras un pseudónimo ahora que serás modelo.

Violeta: ¿Cambiarme de nombre?

Mario: Si nada más cuando vayas a presentarte como modelo, por ejemplo un buen nombre y un buen apellido.

Violeta: No estaría nada mal y pues si mi suegra me dio una discusión fatal y mi marido me dijo que me odiaba, a lo mejor cambiar de nombre me proteja.

Mario: ¿Entonces no quieres descubrir su paradero?

Violeta; Si por supuesto que sí, por mi hija, pero por lo pronto usar otro nombre no estaría nada mal por protección y ya después recuperar lo perdido. ¿No crees?

Mario: A lo mejor tengas razón, por la zona donde te encontré ha de ser gente muy fuerte económicamente.

Violeta: Así los recuerdo yo.

Mario: Entonces esta dicho, lo haremos así, mientras viéndote bien te voy a sugerir varios nombres para tu pseudónimo. ¿Ok?

Violeta: (Alegre) Ok.

Mario: Te recomendaría fusión de dos nombres, por ejemplo Laura Sofía, María Teresa o Luz Estela, esos tres siento que van contigo.

Violeta: Me gusto el de María Teresa, y de apellido, me gusta el tuyo, pero no sé, quizá otro fino y distinguido.

Mario: Mm, pues Ferrer. ¿Te gusta ese?

Violeta sonríe ante ese apellido y dice.

Violeta: “María Teresa Ferrer”. ¿Qué tal suena?

Mario: Wow, pues en ti es imponente y con ese nombre radiaría tu gran belleza, ya que todo es importante, incluso hasta parece nombre de empresaria. Podríamos sacarle buen provecho a eso.

Violeta: (Entusiasta) ¿De veras lo crees?

Mario: En efecto, haré de “María Teresa Ferrer” todo un éxito, ya lo verás.

Violeta se queda muy emocionada por ello al igual que Mario, ahora una nueva mujer va a resurgir.

CONTINUARA…


Escrito por Angelknight

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